martes, 1 de diciembre de 2009

Cambiar, una cuestión de decisión

Esa mañana, al despertar, Ignacio, un chico de solo 18 años, decidió cambiar su vida por completo. Cambiar su personalidad, su rumbo, su existencia. De ser totalmente tímido a extrovertido, un cambio muy importante para él, ya que era su mayor y gran problema. Ignacio estaba cansado de estar en el grupo de los “NERDS”, de siempre ser burlado, etc. Por qué digo su mayor y gran problema, digo eso, porque Ignacio era un chico muy lindo. Tenía unos ojos azulados, cabello corto y lacio de color castaño claro, nariz chiquita, alto, delgado, en resumen, “casi perfecto”. Además era muy humilde y muy bueno. Sus padres lo amaban y él a ellos.Bueno, no crean que fue todo así, color de rosa, ya que les vuelvo a repetir esto era solo una decisión. El comienzo de su proyecto estuvo lleno de intentos. Los primeros días fueron solo fracasos, luego empezaron a mejorar poco a poco.Al término de una semana agotador de probar y probar unirse a grupos de chicos, casi se rinde, estuvo a punto de abandonar toda su magnifica idea, ya que nada funcionaba. Primero había intentado con los chicos más famosos de la escuela y solamente obtuvo un rechazo inmediato. Luego intentó con otros y se rieron de él al escucharlo, hasta que se dio cuenta de que se le habían acabado los grupos para unirse y que solo le quedaba su grupo de antes, los famosos “NERDS”.Una tarde pensaba y pensaba hasta que se le ocurrió ir con las mismas ideas de unirse a otro grupo pero esta vez, el de las chicas, pero se dio cuenta de que iba a pasar lo mismo. Esa misma tarde, ya resignado casi por completo, llamó a su único y mejor amigo para invitarlo a su casa, él era su última opción. Su amigo al llegar le dijo que la idea de las chicas no era tan mala, pero que debía pensar en una chica que fuera humilde, buena, linda y que si podía ser, estuviese unida a un grupo “famoso”. Nacho pensó en una chica que poseía esas condiciones, la chica ideal. “Rebeca Martinez”, pensó Ignacio, “¡Ella es!”.Después de una semana de pensar como “encararla” se animó y colocó en su casillero una carta que decía: Querida Rebeca: te espero en la calle Uruguay en el banco de la plaza el jueves a las 5 p.m. Me gustaría mucho conocerte, ya que me pareces una chica muy buena y linda. Espero que no me falles.
Al ver la carta, Rebeca decidió ir ya que le pareció que iba a ser una experiencia interesante y nueva.Llegó el gran día, Ignacio se vistió muy elegante pero a la vez un poco sport para dar una impresión “canchera”, se peinó su cabello y se arregló de todas y las mejores maneras que pudo, ya que no estaba acostumbrado a “citas” como ésta. Rebeca se vistió acorde a las expectativas de Ignacio, aún sin conocerlas. Peinó su hermoso y largo cabello rubio, pintó sus uñas de un color claro, maquilló su cara delicadamente y se arregló de todas las maneras posibles. La única diferencia entre él y ella era que ella, sí estaba acostumbrada y casi cansada de arreglarse para este tipo de “citas”.Nacho se sentó en el banco de la plaza a esperar a Rebeca exactamente a las 4:59 p.m y ella llegó a las 5:00 en punto. Ella se impresionó al ver que era Ignacio, pero no le importó y continuó caminando hacia el banco para saludarlo. Nacho le contó a Rebeca su problema y ella prometió que iba a solucionárselo hablando con Pablo, el líder del grupo más famoso de la escuela para que lo integrar a éste.También le dio algunos consejos para dejar de ser tímido. Charlaron sobre sus vidas pasadas, presentes y sobre proyecto que tenía para su futuro. Se contaron anécdotas y experiencias vividas. Al terminar de contarse todo, Ignacio le ofreció a Rebeca ir a tomar la merienda su casa, ella no aceptó porque dijo que ya era tarde pero le prometió que otro día iría. Esa los saludó con un beso en la mejilla, se despidieron y cada uno se fue para su casa. Sin decirse nada, los dos se sintieron enamorados.Este encuentro cambió totalmente sus vidas, ya que para Ignacio no sólo fue la solución y el final victorioso de su proyecto, sino que también conoció a su primer amor. Le sirvió para descubrir que existen personas que aunque sean diferentes a ella, pueden y generaron experiencias y sentimientos, incluso el amor.Definitivamente ahora Ignacio era el chico perfecto.

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