lunes, 30 de noviembre de 2009

"La noticia que nunca fue noticia"

Estaba sentado, cuando Marina corrió hacia mí y me dijo que tenía una buena noticia. Saltaba de felicidad, estaba muy emocionada. Parecía que enserio era una muy buena noticia. ¡Que suerte! Necesitaba algo que me pusiera contento; o eso parecía. Tenía una cara terrible
Ahí fue cuando sonó el despertador. ¡Que mal! Justo que me lo iba a decir. Pero, en definitiva solo era un sueño, y cuando despertara, sabiendo que eso no era cierto, me pondría aun peor. (Luego del accidente de Juan, mi ánimo estaba por el suelo)
Estuve toda la mañana pensando en lo que soñé. No se porque, cuando veía a Marina, o la nombraban, me sentina algo extraño, y las imágenes del sueño volvían a mi mente, cada vez con mas claridad.
Era jueves, por lo tanto salíamos a las 11:00. Me senté en la mesa del patio con Lucas a esperar a Marina, que salía a la 1:00. Entonces lo recordé. ¡Ese era el banco con el que soñé! Pero debía acordarme que solo había sido un sueño.
Pero me equivocaba. No se cómo, pero Marina apareció corriendo con cara de emoción, y gritando que traía una buena noticia. ¡No podía creerlo! Pero, cuando llegó (justo donde el sueño terminaba), tropezó con la pata del banco y todos corrieron a ayudarla, porque se había lastimado.
La llevaron a la enfermería en seguida. Pero yo tardé unos minutos en reaccionar. Igualmente, dudo que alguien lo haya notado, ya que todos corrieron hacia ella cuando se la llevaban. Luego, corrí a buscarla, pero no me dejaron pasar en la enfermería, y cuando volví de buscar a Franco, mi hermano, se había ido a su casa. Mi mamá llamo a mi celular, preocupada. Me dijo que valla a casa porque Franco debía tomar el remedio. Así que, me volví a mi casa apurado.
Cuando llegué, lo primero que hice fue llamar a Marina, para saber como estaba. Lo malo es que no teníamos teléfono; la tormenta de la noche anterior había cortado el cable. Encima no tenía crédito. Tendría que esperar hasta el lunes para verla, porque al otro día no había clases, y ella viajaría el fin de semana. Pensé en ir a verla, pero mi mamá dijo que era muy tarde ya para salir, que esperara hasta el lunes.
Esa noche no pude dormir demasiado. Me desperté tres veces, luego de soñar, de nuevo, con Marina. La primera vez, estábamos en los pasillos del colegio, y esa me decía que debía cortármelo pronto. Pero, justo cuando iba decirme, desperté.
La segunda vez, estábamos en clase (cada uno la suya) y me daba un papelito por la ventana. Yo le preguntaba qué decía, y ella me hacía señas diciendo que su profesora venía. Pero, justo cuando iba abrirlo, desperté.
La última vez, estábamos en el recreo Lucas y yo (porque los de marina no coincidían con los nuestros) y ella salía con la excusa de ir al baño. Se acercaba a nosotros y nos decía que por fin iba a poder contarnos. Pero, cuando iba a decírnoslo desperté.
¡Dios, que rabia! No podía creer que cada vez que iba a recibir una buena noticia, despertaba. Aunque fuera un sueño. Pero, me puse a pensar y descubrí que el sueño era lo que ocurría; y cada vez que despertaba, algu interrumpía a Marina.
Al otro día, todo ocurría igual que en el primer sueño; y también todo terminaba igual. La primera vez, sonó la campana y el director nos mandó a clase a los tres.
Fue igual con el segundo, pero la maestra me quitó el papel y lo guardó en su bolsillo. Aunque luego de la clase fui a pedírselo, ella se negó a dármelo; y comenzó a decirme que no lo hacía porque era una falta de respeto hacia la maestra que estaba dando la clase.
También ocurrió lo mismo con el tercero; sólo que la maestra descubrió a Marina y la llamó a clase.
Ese día la buscaron más temprano, así que no pude hablarle. Estaba muy intrigado. Cuándo podría por fin saber cuál era esa noticia tan importante que Marina quería darme. Empezaba a preocuparme un poco. Tal vez era algo de Juan. ¿Cómo me enteraría? ¿Lo soñaría? ¿O podría por fin decírmelo Marina? No era la respuesta a esas preguntas lo más importante, si no saber qué es lo que ella quería decirme.
No volví a soñar nada, y supuse que al fin podría enterarme de lo que estaba ocurriendo. Pero no era así. Marina había viajado con sus padres, y no le permitían hablarme, ni tampoco a Lucas. Supuse que alguna vez recibiría el llamado de Marina; pero aún, luego de 22 años, no sé qué era lo que ella quería decirme.

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"El mundo de los escritores"

Buenos Aires, año 2020. El país se encontraba en un buen pasar económico. Pero predominaban las autopistas. Los arboles, en cambio, ya no formaban parte del paisaje. La tecnología se había apropiado casi por completo de la Tierra y los libros, revistas, diarios, y cartas ya no existían. Las personas a lo largo de los años fueron optando cada vez mas por Internet, correos electrónicos, Chat, cosas que no le consumieran tanto tiempo ni desgaste psiquico. Las escuelas ya no contaban con bibliotecas, o textos escolares para chicos, si no que tenían caber café y computadoras en todos los salones. En todos los negocios y transportes se encontraba una pantalla donde la gente se informaba de lo que pasaba día a día. Las librerías, en vez de vender libros, vendían repuestos para todo tipo de aparatos electrónicos. Las bibliotecas se habían convertido en centros de reparación técnicas, y brindaban ayuda sobre las mismas. Solo un grupo reducido conservaban libros en sus casas, y realizaban las famosas reuniones literarias que en algún tiempo eran muy comunes. En San Miguel, un grupo de varias personas nos juntábamos en nuestros hogares para intercambiar ideas, escribir cosas nuevas e invitar a otros a seguir leyendo. Aunque muchas veces éramos tildados de raro y aburridos, poníamos todo de nosotros para lograr ser casa vez mas y volver así a instalar los libros en todas partes. Pero la cosa se ponía difícil y muchos querían abandonar. Maria, una licenciada en letras, era la que siempre los convencía de seguir. Alejandro Casona, Julio Cortazar, Garcia Lorca, entre otros eran los nombres que siempre soñaban.

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