domingo, 6 de diciembre de 2009

Cuentos cortos para dos noches

“Era una tierra mágica, era todo maravilloso, todo color de rosa y aburrido, aburrido hasta el caracú. Era todo hermoso, todo lo que uno quiera, pero… Era rotundamente aburrido, sinceramente no me mudé de allí porque algo me lo impedía. Mis amigos me decían que me extrañarían mucho, la sincera verdad, no me podía despegar de esa tierra preciosa y encantada donde todo era posible y donde las lágrimas derramadas por sueños rotos eran sanadas por el hermoso paisaje tan de ello como el inolvidable.”

El otro día mis nietos, Martín, el mayor de diez años, Lola, de nueve y Matías de cinco, (pensaron que los tres se llevan de maravillas a diferencia de otros chicos) vinieron a visitarme. Me trajeron muchos regalos y cartas de otros amigos de la ciudad, además de muchos besos y abrazos. Mi hija anduvo contándome que su esposo tenía problemas de trabajo, que era muy agobiante, y etc., etc., etc, y la empresa le había ofrecido trasladarlo así una sucursal a no menos de cinco kilómetros del pueblo y con tareas pasivas para que descansara y pudiera trabajar porque él se negaba a hacer reposo. A mí se me inundaron los ojos de lágrimas de felicidad, y abrazando a mi hija y conteniéndome las ganas de saltar en una pata, le dije que sí quería podía vivir en la casa de atrás. Dentro del terreno de mi casa, hay dos casas, la de adelante, en la que vivo yo, y la de atrás, en la que pienso que viva mi hija y su familia…
- Bueno, esta bien pero sólo por un tiempo, después vamos a conseguir nuestra propia casa, ¿eh?
- Perfecto, me parece bárbaro.
Mis nietos son un terremoto. Pusimos una carpa en el patio, entre mi casa y la casa temporal de mi hija. Todas las noches les conté un cuento. Todos eran sobre el pueblo “verde sol” y sus habitantes y sus historias, después de una semana o obviamente tuvimos que sacar la carpa porque el hiperactivo del esposo de mi hija quería cortar el pasto. ¿Acaso ese hombre conocerá el concepto de reposo y “el jardinero viene los viernes? Durante esas bellísimas cinco noches que estuve contando cuentos creo que fueron uno de los momentos más bellos de mi vida, ver cómo mis nietos dormían pensando y soñando con todas esas historias. Aquí les contaré dos de los cinco cuentos:

Primera noche: El aro perdido

Una noche Martina se acostó con sus aritos preferidos, para que a la mañana siguiente ella ya estuviera lista y no tuviera que buscarlos, porque al otro día era la fiesta de la primavera, eso es, al día siguiente sería 21 de septiembre, y, obviamente, ella quería verse preciosa. Martina decía que sus aritos la hacían ver esbelta y con la cara iluminada. Pero esa noche no se sabe exactamente qué pasó que sus aritos. A la mañana siguiente, cuando se despertó, no los tenía. Busco por todos lados, desesperadamente, debajo de la cama, arriba de la cama, en la cocina, en la mochila, pero no estaban. Su mamá le prestó unos, pero según ella no eran tan lindos y no le iluminaban el rostro ni la hacían ver esbelta. Finalmente se tuvo que ir a la escuela con los aritos que le prestó su mamá, pero ella sería triste por sus aros favoritos. Cuando llegó a su casa buscó otra vez por toda la casa pero aún así no los encontró. Luego se hizo de vuelta de noche y aún los aritos no aparecían.A la mañana siguiente ella estaba todavía triste por sus aros desaparecidos, se fue a la escuela triste, y volvió a triste. Y cuando volvió los aritos estaban sobre su cama con una carta escrita con una letra bellísima pidiéndole perdón. No estaba firmada y tenía un perfume a jazmín silvestre.
- Abuela
- ¿Que Lola?
- ¿Quien se había llevado los aritos?
- No lo sé Lola, no se quien fue pero se que fue , fue un ha… ¡¡uy!!! Miren la hora. Bueno es momento de acostarse y de soñar.
- Pero abuela ¿quién se llevó los aros?
- Zi ¿y porqué dejó la nota?
- Matías, Matías, Matías, esa es una historia que se las contaré mañana. Ahora duermanse.
Qué tonta, esa noche casi le confieso a los chicos la verdad que oculta el viejo pueblo del que provienen. Al desayuno los chicos ni se acordaban de la historia de anoche ni de mi torpeza, pero Matías, con esa memoria infalible, me dijo en voz baja y bostezando:
- ¿Abu, y quien se sevó el ado?
Por suerte los chicos no se dieron cuenta de lo que había dicho Mati.
Segunda noche: la rosa en el desierto
En el valle, aunque no lo crean hay un sector en el que sólo crecen yuyos y hierbas espinosas, feas y puntiagudas. En esa zona, la sincera verdad, la gente del valle no se acercaba por temor a tan espantosas plantas, literalmente allí crecen cardos del tamaño de un oso, la verdad feos, por eso las personas tratan de ignorar esos “vegetales”. A las personas se les ocurrió llamarlos desierto para poder olvidarse de esos monstruos terroríficos.
Un día un viajero pasó por allí y cuando llegó al valle entero al bar del pueblo y dijo:
- ¿Cuánto cuesta tan hermosa planta?
- Nada, la ligustrina no está a la venta.
- No, la ligustrina no, la flor que está en el centro del círculo desierto, cuando venía para el valle pase por allí y la vi, era hermosa.

Todas las personas salieron corriendo sorprendidos hacia “el desierto” pensando que el sujeto se había vuelto loco y que era imposible que hubiera salido algo hermoso de algo tan feo, era ilógico.
Cuando llegaron, los cardos no estaban, el lugar estaba vacío, excepto por una joven y reciente rosa que era roja, preciosa, una belleza, era lo más hermoso que vi en mi vida, obvio, después de mi hija y mis nietos. Desde entonces la rosa es centro de atracción en el pueblo.

- Abu
- ¿Qué Martín?
- ¿Cómo cambió el lugar de tener espinas a tener una hermosa rosa en su…?
- ¡¡Uy!!! Es re tarde, a acostarse mejor, se duerme que mañana su padre los va a levantar re temprano para que lo ayuden a cortar el pasto, va, va.
Los chicos, son chicos y quieren saber siempre el qué y el porqué de las cosas, preguntan demasiado. Son tremendos, y lo peor es que yo me lo busco, no hay ningún cuento que no incumba al tema de la magia en el pueblo “Verde llano”. Pero el secreto mágico que oculta el pueblo estará siempre a salvo conmigo. Así que espero que ustedes también lo guarden, ahora yo les confió mi secreto…

viernes, 4 de diciembre de 2009

El futuro está en tus manos

Dios creó la vida
Él creó a ella
Llena de esperanza
Llena de bondad
Él creo la vida con pura verdad

Él no creó la muerte
La muerte se metió en él
Todos nacemos buenos
Todos somos cuerdos
En esta cultura de la muerte
Todos caemos
Donde quiera que estés
Siempre caes

En esta cultura
Se destaca la violencia
Quieras o no su presencia
La droga y el alcohol
Atacan a los jóvenes
Como un perro a unos gorriones
La cuestión es:
¿¿Buenos o malos??
¿¿Quién vence??
En este mundo
Lo malo es recompensado
Y lo bueno olvidado

En el diario, en la TV
Aparece el malvado asesino
Y no los construye el amino
Aparecen los traidores
Y no los trabajadores
Por eso te digo
El futuro está en tus manos
De ser bueno o malo
De cambiar el mundo
O ser un vagabundo

La vida

Si tus fuerzas se agotan,
Si te vence lo vivido,
Comienza todo de nuevo,
Nunca te des por vencido

La fe no se debe perder
En lo duro del camino,
Tengamos siempre presente
Que no se cambia el destino.

En nuestra vida existen
Varias oportunidades,
Las palabras te sugieren
Elige a tus amistades.

Debería ser lo primero
Cuidándose uno mismo,
Valorarse es importante
Y no caer en un abismo.

Puedo, quiero, debo...

Nuestro amor vivió oculto
Es difícil recordar
Todo lo que ayer sentimos
Hoy debe terminar


Necesito rescatarte
Regalarte mi corazón
Pero se que no podemos
Es imposible, amor


Quiero cerrar esta herida
Y no vivir de esta ilusión
Porque voy a quedar destruida
Y vos también, mi corazón

Quiera olvidarte pero no puedo
Quiera dejarte pero no debo
Quiero amarte pero no es debido
Quisiera abandonarte pero no eh podido

Diamante azul

Mar, mar arena
quedas en mis recuerdos
días alegres y divertidos
con mi familia compartidos.

Mar, mar sueño
la tela azul acompaña mis deseos
que esto sea aterno.

Mar, mar tranquila y
saltarina y transparente
como hadas madrinas
siempre
estás presente.

Volver

La razón de mi vida

Tu felicidad es lo que hace feliz mis días
tu felicidad endulza mi vida.

Tu felicidad es un regalo para mi corazón
tu felicidad y vos son de mi vida la razón.

Mi felicidad nace y muere con nuestro amor
estar junto a vos no tiene valor.

Nuestro amor podría mucho durar
pero lo que siento por vos siempre perdurará.


Volver

jueves, 3 de diciembre de 2009

Der Tod

Cuando aquel hombre se levanta de su asiento, eme se ve carente de inspiración para seguir conjurando sobre su identidad o su función dentro de ese escenario que dibujaban el parque las casas, la torre sobre el pozo y el fuerte olor a vinagre.
Decide bajar y preparase una sopa caliente. La cocina era un lugar bastante deprimente cuando no se encontraban su hermana y su sobrina, solo quedaba una olla con un fuerte olor a carne húmeda y unos cuantos platos sin lavar, las cortinas entre abiertas dejaban entrar los últimos rayos de sol que pegaban en el jarrón con unas pocas rosas medio secas.
Mientras la sopa hervía, seguía repasando cada hipótesis con delicadeza, como si quisiera descubrir un mínimo defecto para descartar aunque sea una de las infinitas hipótesis planteadas esa tarde.
Las eternas discusiones sobre la existencia de todo lo que vemos, convertía a 2 de las hipótesis en pura basura. Pero a pesar de eso todas las hipótesis eran igual de probables.
Solo tendría que esperar algún acontecimiento que rompa con la estricta rutina del hombre para saber cual escoger.
La sopa se le paso un poco debido a la absorción que le provocó el análisis, volvió a su cuarto donde, con una decepción casi morbosa, vio que la ratonera estaba vacía.
Como de costumbre, se recostó doblando un almohadón y recomenzó la lectura de una de sus obras favoritas, de las cuales se hablo mucho después de la segunda guerra. Luego de terminar el capitulo segundo de la segunda parte aprecio una de sus condecoraciones apostadas en la mesita de luz, y comenzó a sentir como el sueño le ganaba. Lo último que llego a sentir fue el deseo de que sus dolores de espalda no lo agobiaran a altas horas de la madrugada.

El portazo que pego su hermana al salir, lo despertó de un sumergido sueño, alegremente sin interrupciones. La jaula seguía vacía, y el interior de la taza adopto el color rojizo de la sopa, despegando de su interior un olor extraño, casi irreconocible debido a que se mezclaba con ese continuo olor a vinagre y el olor a sudor de su pijama.
El cuarto estaba, casi tan inmutable como siempre, ecepto por una pequeña nota, apoyada sobre su controvertido libro.
Sintió un escalofrío subiéndole por la nuca, que sentía desde el escape del campo.
La carta suponía ser escrita por un hombre con una acumulación de odio indescriptible, pero eso no era lo que mas lo impresionaba, era la exactitud con la que hablaba de las morbosidades cometidas en el campo de concentración. Y para terminar de alterar los nervios de eme, había una foto de un hombre (seguramente Judío), trabajando con escasas ropas en unas bisagras, eso lo llevo a la conclusión de que tenia en sus manos el fragmento del diario de algún judío del gueto.
Tal vez no era mas que un torpe intento por intimidarlo o algún general exiliado pensó que le interesaría ver ‘’ la otra cara de la moneda’’. Pero en su afán por conseguir diferentes hipótesis, lo llevo a 2 detalles uno menos obvio que el otro, pero ambos muy importantes, en el extremo superior izquierdo de la rotosa y mugrienta hoja del diario, donde lógicamente debía estar el nombre de la persona, solo se veía una rasgadura. Esto lo llevo a pensar que, quien se lo envío, no quería que supiera quien fue el propietario.
Lo segundo, fue que, desde el reverso de la fotografía, se desprendía una pequeña hoja de papel, que contenía unas pocas palabras, seguramente bien pensadas para causar un efecto de terror inmediato.

‘’saludos doctor, bienvenidos al primer día de su muerte, algo que a lo que esta acostumbrado a imponer (o a lmenos lo entubo) pero estoy convencido de que jamás experimento lo que es saber que, en breve va a morir.
Se me ocurrió un juego, que seguro le agradara, no tendrá que romper con su vida ermitaña, solo tendrá que hacer lo que hace todos los días, sentase y conjeturar, pero no sobre un echo pasajero y sin importancia, sino sobre quien es la persona que lo matara en 3 días, al menos que le diga a su hermana mi nombre. No tendrá ni siquiera que moverse de su cuarto. Solo reflexionar sobre cual de las millones de personas que lo odian, se atrevió a espiarlo (si, si, eso no lo dude lo observe durante mucho tempo) y a matarlo
Podrá pedir 3 pistas, solo escriba las cartas (por favor sea breve) déjela dentro de ese enfermizo libro que le fascina leer, y yo le dejare la respuesta en el mismo lugar.

Suerte doctor muerte, la va a necesitar’’

Estas palabras, fueron como dagas que entraban en su cabeza, esta persona fuese quien fuese, entro a su cuarto sin dificultades, y podría repetir ese acto sin ninguna dificultad.
Por este fin de de semana, debía olvidarse de sus continuos pensamientos sobre la vida y la muerte, sobre la tortura, y dejar de lado las inútiles conjeturas sobre aquel hombre.
Sabia dos cosas sobre este hombre, hablaba alemán y era judío (cosa visible por su odio a hacia su libro y la forma despectiva de llamarlo doctor muerte). Ahora debía aclarar la cabeza, y apostarla sobre su vida en el campo de concentración.

Era una fuerte mañana de viernes, se coloco su uniforme de la SS y se sentó afuera con sus amados perros a esperar a un nuevo asistente para sus experimentos, este llegaría con 2 parejas de gemelos para utilizar.
Le hablaron maravillas de el, tenia una mente fuerte y fría, pelo rubio bien cortado y un sentimiento ario inigualable.
Parecía ser el asistente ideal, por lo menos de antemano, pensamiento que no podría ser más impreciso, es hombre a pesar de ser un virtuoso tenia la altanería propia de un general. Jamás acato una orden en esos 2 meses, e inclusive se atrevió a desafiar la idea de la cámara de gas, soltando idioteces sobre que los judíos merecían respeto.
La situación se volvió inaguantable cuando estropeo un experimento de supervivencia, en donde enterrábamos en nieve a un judío y a un alemán, para comprobar que el ario, lógicamente, tardaba varios minutos más en morir. Esto llevo 1 año de preparación, 1 año perdido ya que el chico dio chocolate caliente al alemán dándole una ventaja lógica.
Eme ordeno a 3 de sus hombres, que lo llevaran al bosque y lo torturaran. Los hombres volvieron solos así que cerro ese capitulo de su carrera y comenzó a rearmar el experimento del alemán y el judío.
A la semana se entero que este muchacho era judío y no era más que un simple medico de hospital encubierto.

Estableció una relación entre la única persona con la que tubo problemas en el campo y la única persona con la que interactúa, indirectamente si, pero interactúa en el presente.
Pero era demasiado obvio para ser verdad, una persona que se tomo la molestia de estudiar su rutina, de investigar su futuro. No destruiría todo su trabajo llamando su atención de esa manera. Seguramente este era el árbol que le impedía ver el bosque, pero el no caería en tan simple intento de engaño, una persona menos llamativa, pero igual de sospechosa caminaba todas las mañanas, eme después de conjeturar, escogió la opción menos enfermiza (cosa rara en el) y sostuvo que era solo un vecino que hacia ejercicio. El era alto rubio y denotaba rasgos arios. Seguramente el era el autor ideológico y el pobre hombre (o maldito hombre todavía no descarto hipótesis y podría ser un violado) solo era un chivo expiatorio.
No quería pedir pistas, el hecho de obligar a ese hombre a entrar no lo tentaba en lo absoluto. Solo tendría que buscar su diario y ver nombre por nombre, así recordar algunas personas que tuvieran razones para matarlo.
Seguía poniendo las fichas a ese maldito doctor judío, un error de sus asistentes podía costarle la vida y eso lo enfermaba.
Escribió una pregunta luego de vacilar por la madrugada, luego trataría de dormir para empezar un segundo y agobiante día. La carta decía:

‘’como escapaste?’’

Era breve y concisa y verdaderamente no esperaba respuestas, solo quería atrapar al maldito mientras entraba en su cuarto.
Cargo su luguer P08, mientras fingía de manera admirable estar cambiándose de ropa.
Y se acostó confiando en que su paranoia lo despertaría en el momento indicado.

Y así fue, despertó justo cuando un hombre (no podía ser el) abría el libro (todavía se negaba a creerlo).
-La teoría mas simple resulto ser correcta-dijo eme- tanto esfuerzo para sentarte a ser descubierto- al final una de sus teorías resulto ser correctas. Cosa que lo llenaba de orgullo.
-déme el arma y recuéstese doctor, relaciono de manera brillante los hechos y admiro su memoria-el tono sarcástico molestaba a eme mas que la situación misma- pero no creo que esto sea tan simple como para que una persona tan protagonista de esta obra
¿Qué obra? Pensó eme
-pueda ser quien lo quiere matar, no soy un espía, soy una ayuda, o acaso va a negarme que no ejecito su capacidad de raciocinio con migo doctor- soltó una carcajada tan forzada que hasta un niño de 8 años lo notaria.
Bueno aclarado eso, voy a responderle en persona, nunca tubo que escapar.

Esto descartaba varias hipótesis, técnicamente lo dejaba en la nada así que, Con la garganta seca, las articulaciones gritándole que se sentara y un dolor de cabeza como nunca antes había sentido decidió ir a charlar con su hermana a modo de despeje. La conversación en la cocina, que parecía seguir oliendo a carne húmeda, y la pila de platos era considerablemente más grande que la que vio en la noche del jueves, solo se estiro unos minutos. La hermana respondió con monosílabos a todos los intentos de eme de entablar una conversación.
Ya sin ninguna idea, y después de horas de revisar sus notas. Decidió preguntar.

¿Como?

Escribió esto casi sin pensar esperando que el hombre del banco lo ayudara.
Pero el hombre jamás apareció, solo vio que en su ventana colgaba la siguiente nota

Eso es problema suyo doctor, y queda solo un día
La mañana el domingo dejaba entrar unos primaverales rayos de so, sobre todos sus muebles y sobre la ratonera que seguía decepcionantemente vacía, abrió su cajón y desdoblo su traje de la SS, se vistió lentamente, tratando inútilmente que las agujas del reloj siguieran su paso lento. Su Garganta seguía tan seca que ni siquiera un largo sorbo de agua logro humedecerla un poco, Se coloco sus medallas pensando que seria un lindo detalle dejar un testamento. Idea que descarto debido al cursi cliché que esto supondría, iba a ser acecinado, por esos fantasmas que lo azotaban en sueños y ahora se presentaron en su vida terrenal. Solo deseaba enterarse quien era este sujeto que acumulo tanto odio como para planear algo así.
Eran las 12:00 de la madrugada y su pulso se aceleraba considerablemente. Esta vez las agujas del reloj si seguían su ritmo.
Cuando comenzó a aflorar la inútil esperanza de que el acecino no vendría, sintió una voz detrás de el.
-jamás pudo abrir los ojos doctor, se aferro a su credo de superioridad racial y no pudo ver la igualdad obvia, ahora cometiendo la misma idiotez, se aferro a la única conclusión a la que logro llegar desde que vive en este antro.
-¿cual idiotez?
- camine durante 3 días, pase frente a usted, pero claro, el machismo alemán jamás termina, ve a una persona de pelo corto, casi al ras y ya supone (como error inicial) que es hombre, esta bien que me vio a la distancia doctor, pero es un insulto a mi como mujer- sonrío levemente como si de verdad le causara gracia el error que eme cometió – luego, algo que sucede rara vez en usted, elige la opción mas cómoda y me descarta, siempre fijo en es hombre que se sentaba solo a ayudarlo para que reforzara su capacidad de raciocinio, haberme tomado como culpable no es un error doctor, pero si lo fue dar por echo que era mi padre quien caminaba.
Jamás supuso que ese joven soldado podría haber engendrado un hijo (o hija tal como se ve) antes de ir al campo
A pesar de que su mente funcionaba a toda velocidad, no era capas de pronunciar ni una palabra, por lo que se limito a Mostar una mueca, o un intento de sonrisa, que denotara algo de tranquilidad
- sus matones no fallaron, pero tampoco cumplieron, mandaron a mi padre a trabajar con los demás, y allí recibió un trato especial (no muy amigable como se imaginara) y en esos 4 meses de agonía escribió el diario que, amablemente, uno de sus jóvenes compañeros me lo entrego cuando fue liberado.
Seguro que esa hipótesis jamás se le cruzo por la cabeza doctor
Y tenia razón, los personajes que se involucraron el una disputa que había quedado en la historia para el, eran sin duda los menos pensados.
Esta vez si puedo preguntar, pero con un tono muy agudo, casi sonó como un silbido de serpiente algo a lo que la chica respondió con una cara que mostraba una mezcla de asombro y concentración para entender lo que eme balbuceaba.
-¿Es el hombre del banco? quien le dio el diario
- muy bien doctor, parece que funciona mejor bajo presión- ese tono juguetón lo sacaba de quicio pero siempre fue un hombre que pudo mantenerse sereno-al enterarme que estaba vivo, gracias a algunos miembros arrepentidos de su fuerza, comencé a espiarlo, con el inesperado apoyo de su hermana- eso si fue una puñalada que eme no pudo disimular en su rostro- quien entendió las razones de mi enfado, y me dejo entrar todas las veces que quería a observarlo.
Decidí que el viernes, justo en el aniversario de la muerte de mi padre, seria bueno empezar este jueguito de hipótesis, en el cual no juego nada bien si me lo permite- la continuas burlas comenzaban a irritar a eme que ya esperaba el momento del asesinato- así que ya no queda mas que ir al grano- Eme se arrepintió tan rápido de su anterior pensamiento que se avergonzó, verdaderamente la idea de morir no le causo ninguna gracia- la verdad no me comparo con usted en ningún rasgo, menos en el que usted es un acecino, cosa que yo tengo el orgullo de no ser, y quiero seguir estando orgullosa, así que le propongo algo que deja a todos satisfechos-sonrío como si supiera lo que eme estaba por decir.
-no creo que alguna de las alternativas me deje salir airoso de esto-dijo eme con un tono tan frío como el que empleaba con la gente a la que mas odio.
-jajaj, es verdad doctor, pero le propongo dos cosas, ambas desencadenan en la muerte, pero seguramente serán muertes muy distintas, puede suicidarse- eme rechazo esta idea casi de inmediato, pero no quería llegar conclusiones apresuradas y siguió escuchando-o puede quedarse en su casa con su brillante traje de la SS y esperar a que lleguen las autoridades esperando poder enjuiciar al famoso Doctor Muerte.
A eme se le enfrío la sangre a tal punto que pensó que ya estaba agonizando, solo tenia 2 salidas y ninguna era atractiva, en es momento de desconcierto, la muchacha salio de la casa.
Eme fue enterrado en el cementerio de Munich, junto con otros ex oficiales nazis, solo se registro una visita, por parte de una mujer rubia de unos 30 años.

Lunes agitado

Me desperté llorando sin saber por qué, supongo que habrá sido culpa de mi sueño, aunque no lo recuerdo.
Salí de la cama, miré el reloj y me di cuenta que faltaban media hora para ir al colegio y, todavía no me había bañado, así que salí corriendo directamente al baño. Cuando me termine de bañar solamente me quedaban días minutos, me cambié rapidísimo, preparé la mochila, bajé a la cocina y agarre un yogurt que había en la heladera.
Mientras terminada la última cucharada de yogurt, mamá gritaba desde la cochera diciéndonos a mi hermanito Facundo y a mí, que nos teníamos que ir yendo y, que en menos de cinco minutos quería que estuviéramos en el auto.
En el camino, me iba peleando con Facundo, porque me había sacado mis libros preferidos sin permiso. En la esquina del colegio estaba las chicas, así que decidí quedarme con ellas. Cuando bajé del auto, Facundo me empujó e hizo que me caiga de boca sobre la vereda, como las chicas me vieron, vinieron corriendo a ayudarme, pensé que nadie me había visto, pero me equivoqué.
Apenas entramos a la escuela, todos los chicos del secundario me empezaron a burlar, porque me había quedado toda la remera verde, por suerte tenía la remera de educación física guardada en la mochila, así que me fui corriendo al baño para cambiarme.
No sé cómo se habrá corrido el rumor, pero en menos de media hora todo el colegio ya sabía de mi tropezón, y todo gracias a Facundo. Cuando subimos al aula, el profesor Mariano de literatura, nos estaba esperando sentado en una silla y con los brazos cruzados, (todos ya sabemos, que cuando el Profesor está de brazos cruzados y con una cara no muy buena, algo malo pasó, o está por pasar). Apenas nos vio nos hizo sentar en el suelo, como no sabíamos por qué pasaba esto, le hicimos caso.
Cuando nos acomodamos en una ronda, (no tan ronda), el profesor nos explicó que las pruebas que había tomado la semana pasada fueron un desastre, y que solamente la habían aprobado dos personas, sin dudarlo miramos a Josefina y a Antonella que siempre aprobaban todo. Mariano al ver nuestra reacción nos dijo que nos estábamos equivocando, porque esta vez no habían sido ellas las que habían aprobado; todos nos alegramos, porque podía ser cualquiera de nosotros.
Mariano se acercó hasta su escritorio y sacó su carpeta, (donde tiene todos los trabajos, pruebas, etc.), apenas sacó de su carpeta las pruebas nos miró con una cara que nos dio miedo a todos.
Con voz de enojado nos pidió la libreta de calificaciones, como teníamos mucha intriga, por saber quién había aprobado nos paramos rápido, corrimos hasta las mochilas, y volvimos corriendo a sentarnos con la libreta en la mano. Como en el grado somos dieciocho, tardó en llegar mi turno. Primero le tocó a Lourdes, pero no aprobó, después a Matías, que tampoco aprobó, luego le tocó a Jazmín (mi mejor amiga), que fue la primera en aprobar. Cuando me contó que había aprobado, me desilusioné un poco, pero pensé que todavía quedaba otra persona por aprobar. Después de Jazmín, me tocó a mí, sin querer ver la entregué la libreta el profesor, cuando me la devolvió me fui corriendo a descubrir mi nota. Al abrir la libreta busqué la nota que estaba al final de todo; me puse a gritar de alegría, ya que me habían sacado un nueve. Cuando todos se enteraron se desilusionaron un poco, hasta alguno que otro se puso a llorar.
Al terminar la hora de literatura, teníamos dos horas de química, así que llegó el profesor Leonardo. Como somos un grupo que habla mucho, que no escucha mucho a los profesores, Leonardo se cansó de pedir silencio, y como no le hacíamos caso decidió tomarnos una prueba.
Me estaba por morir, justo una prueba “sorpresa” de la materia que más odio. Por suerte teníamos un recreo a mitad de la hora. Antes de bajar hablé con Jazmín y decidimos estudiar en el recreo, entonces abrí la mochila y saqué el libro y la carpeta.
Cuando bajamos, decidimos ir primero el baño, (a arreglarnos un poco), cuando terminamos, fuimos al patio de atrás, que es el patio más tranquilo porque no hay nenes corriendo alrededor tuyo, ya que es el patio del secundario. Como había chicos en educación física, esperamos un rato a que se den cuenta de que queríamos pasar al otro lado.
Cuando nos pareció que ya se habían dado cuenta, cruzamos despacio. Pero nos equivocamos, cuando estábamos a mitad de camino de venían todos los chicos corriendo, por supuesto que nos atropellaron y nos hicieron tirar las carpetas.
Cuando nos pudimos levantar, buscábamos las carpetas como locas, pero no las encontramos por ningún lado, hasta que miramos a nuestro lado. Se habían salido todas las hojas y se nos habían mezclado, por suerte vinieron dos chicos a ayudarnos, cuando levanté la cabeza vi un chico hermoso. Estaba delante mío ayudándome y pidiéndome perdón porque no nos había visto. Sin pensarlo le dije: - está bien, no te preocupes.
En ese momento me latía el corazón a mil por hora, le pregunté cómo se llamaba. Con una sonrisa y con una voz hermosa me contestó: -Agustín, ¿y vos?
- Que lindo nombre, yo me llamo Paz le contesté.
Nos quedamos hablando un rato hasta que tuvimos que volver al aula. Antes de que subiera Agustín me dio su teléfono y me dijo que lo llame apenas llegue a mi casa.

Recuerdos

Descolgó la cantera del perchero, y fue hasta la cocina por la última factura que quedaba. Agarró las llaves y abrió la enorme puerta de madera, cuando se dio cuenta de la previa llovizna. No llevó paraguas, estaba dispuesto a mojarse.
Del techo caían pequeñas gotas, todo el parque humedecido. Decidido cerró la puerta y caminó hasta la entrada. Estaba apurado por llegar al centro.
Una parejita de jóvenes chicos pasaba por la vereda de enfrente, muy curioso los observaba. Ella, con sus rulos voluptuosos venía riendo. De alegría, orgullo, si la veía muy contenta; él sonreía con discreción mientras la observaba detenidamente. Sus ojos brillaban. Se podía sentir el amor.
Sacó la mano, ya un poco transpirada, de adentro del bolsillo de la campera, miró la hora en un bonito reloj roto, color azul. Apresuró el paso por la vereda angosta de la calle D´Elia. Ya perdido en sus pensamientos, esquivaba los pequeños charcos en el suelo, a pocos metros de la parada del colectivo. Una fría ráfaga de viento sopló en su cara. Le recordó aquel día tan helado, cuando era completamente feliz, abrazándola, besándola, siendo su compañero. Esos días terminaron, quiere que vuelvan, hace todo lo posible, pero ya no regresarán.
Se sienta en el duro banco de cemento, esperando el colectivo. La imagen de la dulce sonrisa de aquella chica vuelve, aquella chica que ya no puede llamar suya, aquella chica que debe considerar una amiga. Ella, que tiene otro amor, que se olvidó tan rápido de sus besos. ¿Cómo pudo caer en tan hermosa mentira? ¿Se le puede llamar mentira a lo que ellos vivieron? Quizá simplemente con tan sólo desearlo no podía ocurrir.
Tan hermosa, tan divertida, tan perfecta, tan llena de vida. Extrañarla, lo hace amarla aún con más fuerzas.
Divisa el colectivo a una cuadra, con tanta niebla se le hace dificultoso ver. Se pone de pie, y sube al colectivo detrás de una señora mayor con un enorme tapado violeta. Observa al chófer, luego a la gente sentada; estaba casi vacío. Encuentra un asiento en la parte trasera y se sienta.
Sólo en la mente permanecen, sus palabras y sus te amo. Recuerda el día en que la conoció, desea volver el tiempo atrás. Quisiera saber qué fue lo que hizo mal, algo que no haya sido suficiente. Le entregó todo su amor, podría dar la vida por ella, por un último beso, por volverla a tener. Una lágrima cae lentamente por su mejilla. La culpa es suya, por quererla tanto, por amarla así. Quisiera poder olvidarla, pero ella tiene algo que lo estremece con sólo mirarlo. No existe alguien que lo haga sentir igual. Rápidamente, ocultando ese signo de tristeza, no de debilidad, seca esa lágrima, que no es una lágrima cualquiera. Es una de esas lágrimas que lo significan todo. Es sencillamente la demostración de tristeza, de derrota, de no poder tenerla, de haberla perdido. De sentir que nada tiene sentido si ella no está a su lado.
Faltaban dos cuadras, ya estaba en el centro. En la plaza precisamente. Se acerca hasta la bajada y aprieta el timbre suavemente. Levanta la vista. Sus dos amigos lo esperan sonriendo. Baja con mucho cuidado, y con sus ojos tristes. Deseaba que ella estuviera esperándolo, pero sabe que no era así.
La vida continúa, nadie sabe si será dura o fácil, sólo continúa. Sonríe. No esperando que ella regrese en busca de su amor, el verdadero amor. Sino deseando encontrar la felicidad a pesar de la fría mañana.

Iluminas mis días

Iluminas mis días
cuando están oscuros,
me sonrojas con un beso,
me demuestras ternura,
y a la hora de cuidarme utiliza un abrazo.


Todo aquello que vivo con vos,
las caricias, las tardes de amor,
son el sentimiento más profundo,
que llevo en mi corazón.


Mi vida sin vos, no es vida.
No me imagino, sin ti a mi lado,
porque si tú me llegaras a faltar,
no podría soportarlo jamás.


Yo sin tu amor no vivo,
porque tú me anhelas en los días más feos,
gracias por cuidarme siempre,
y estar presente cuando te necesito.


Tanto tiempo te esperé,
y al fin te encontré,
no pedí nada más que estar entre tus brazos,
y poder estar con vos.


En tus ojos vi que hay algo tuyo en mí,
me enseñaste a querer,
a valorarte y amarte,
y ahora quiero estar con vos, y jamás
despegarme de ti.


Acuérdate que siempre te amaré,
acuérdate que nunca te olvidaré,
y que siempre serás muy importante para mí.


Siempre soñé compartir una vida con vos,
llena de alegrías y de amor.
Solo quiero confesarte que sos el amor de mi vida,
y decirte simplemente que además, puedo adorarte.
por último dime porque me enamoraste,
y me dejas sin más razón que tu amor.


Volver

El reino helado

Despierta la mañana
en el frío polar
el sol no calienta
en la tierra austral.

Despierta la mañana
en el frío polar
comienza la cacería
para la fauna local.

Una osa y su cría
salen de su guarida
en esta tierra tan fría
lucharan por la comida.

Los lobos adultos,
ya se deben preparar,
ya se acerca el momento
para salir a cazar.

La foca se mueve inquieta,
ya no puede esperar
para buscar sus alimentos
zambulléndose en el mar.

Ya se asoman los pingüinos
se mueven muy torpemente,
conseguir comida para sus hijos
es lo que tienen en la mente.

El zorro esta cansado
aprovechando su pelaje
la blanca nieve a su lado
le sirve de camuflaje.

Las aves de esta tierra
ya emigraron con sus crías
huyendo del frío invierno
buscaron tierras menos frías.

Que dura vida que tienen
los animales aquí,
cada día que comienza
es una lucha sin fin.

Volver

Amor frío

Ya se acerca la luna,
ya no te acercas amor mío;
tú me has olvidado,
yo, ya empiezo a tener frío.

Siento en hueco en el pecho,
es como un espacio vacío,
tú me has olvidado,
yo, ya te he perdido.

Quisiera que vuelvas conmigo,
porque no vivo sin ti,
para que cures mis heridas
y vuelva a sonreír.

¿Por qué me has dejado aquí sola?
En esta fría eternidad,
necesito que me des una respuesta,
necesito volver a soñar.


Volver

Miro... veo

Miro, miro y qué veo...

A través de la ventana
veo la inmensa naturaleza circundante
llena de variados y coloridos paisajes
que inundan mi alma.

Miro, miro y qué veo…

Si entro a mi casa
veo esa ventana que tanto me ha dado.
La paz me invade
y todo a mi alrededor parece cuidarme.

Miro, miro y qué veo…

Dos luceros luminosos
me permiten atrapar el mas allá.
Mis sentimientos rebozan de emoción
como creando una obra maestra.

Miro, miro y que veo…

Me veo a mí…

Veo mis días…

Volver

Accidente

Hacia rato ya que había ocurrido el accidente. Ya se hacía de noche, y los faroles de la calle comenzaban a iluminar con sus tenues luces. En poco tiempo llegaría la ambulancia. Él yacía prácticamente muerto, y ella, en el piso, se encontraba cercana a él. En medio del ruido normal de las calles, con los autos y colectivos pasando cerca de la escena, la gente curioseando lo sucedido, los policías pasando sobre ella; en medio de esa terrible escena ella comenzó a pensar ¿Qué sería de ella, luego que él finalmente muriera? –porque las heridas se habían convertido en mortales, y la ambulancia todavía no llegaba, y su corazón se estaba apagando lentamente-. Ella, sin él, no sería nada.
Siempre había ido detrás suyo, continuamente lo seguía, lo que muchos llamarían obsesión. Pero estando ahí, en el suelo, se dio cuenta que él casi nunca le había prestado atención: él nunca se había interesado mucho por ella, y así se dio cuenta de su poca importancia.
Cada vez más gente pasaba por sobre ella, y no tenía la capacidad para quejarse, nunca había logrado renegar. No sabía hacer nada: solamente seguir, incansablemente, a ese hombre. Eso era lo único importante.
Finalmente la ambulancia llegó. A él lo trasladaron a una camilla. Ella, débilmente, intento seguir sus pasos. Pero de repente, razonó: ¿De qué serviría seguirlo ahora, si él ya estaba muerto? Lo único que quedaría ahora serían unos cuantos estudios en la morgue. Y luego al oscuro ataúd. ¿De qué serviría seguirlo ahora, finalmente acabaría en un ataúd? Un frío y oscuro ataúd donde ella, si le seguía, finalmente dejaría de existir en esa inmensa oscuridad.
Entonces, con un pequeño esfuerzo, logró desprenderse de él, por primera y última vez.Y se fue por las calles alumbradas por faroles, inmensa en su tristeza de que nunca había sido importante para él. Y se fue siendo para nada ni nadie importante, siendo lo que siempre había sido: siendo la sombra de un hombre, que por cierto ya había muerto.

Volver

martes, 1 de diciembre de 2009

Peumayén

Estaba la tarde de enero rodeada de un maravilloso sol de verano. La gente caminaba por las calles como era lo habitual. Las personas de este pueblo, eran muy tranquilas. Siempre se mantenía en calma y estaban aislados de la actualidad, vivían con costumbres de sus antepasados y tenían su propia religión.Este pequeño pueblo era distinto, ya que se situaba por encima de un estupendo paisaje. Era un pueblo flotante, su nombre era Peumayén (lo que quiere decir: lugar soñado). Tenía este nombre, ya que sus habitantes solo habían llegado allí por producto de su imaginación. Llegaron con el deseo de vivir en ese pueblo sin saber que existía.Durante esa tarde, había llegado un nuevo habitante al pueblo. Su nombre era John de edad desconocida pero rodeaba los setenta y tantos años, de pelo blanco y de alta estatura no era ni gordo ni flaco, era un típico hombre de campo. Vestía una camisa a cuadros acompañada por una bombacha de campo y una boina negra que llevaba en las manos. Del bolsillo de su pantalón colgaba un llavero de cuero con unas pocas llaves.Se veía asustado, no sabia como había llegado allí. De repente un niño se le acerca y le pregunta que sucede, ya que había notado su cara de desconcierto.John permanecía en silencio, se había quedado paralizado seguía sin saber de qué se trataba, dónde estaba y cómo había llegado.En ese momento llegó Simón, un hombre no muy mayor. El intendente de ese maravilloso pueblo. Le pidió a John que lo acompañara a recorrer un poco el lugar y así poder contarle lo que estaba pasando.Mientras caminaban, John se tranquilizaba y Simón con calma le contaba lo que sucedía. –Como ve estamos caminando ahora por el Peumayén. Usted señor ha llegado aquí por producto de su imaginación, este pueblo fue fundado hace mucho tiempo cuando un buen señor soñó despierto junto a su familia vivir en un lugar como este. Entonces el poder de sus sueños hizo que pudiera llegar junto a ellos a este hermoso pueblo.John le contó que vivía en un bellísimo campo de grandes pastizales color verde, rodeado de ganado vacuno y ovino en grandes proporciones. En su pequeña casa, donde habito durante años junto a Rosa su viejita, quien había muerto un tiempo atrás. Le dijo que el nunca hubiera cambiado ese lugar, ya que allí vivía muy bien. Entonces Simón respondió que podría haber vivido como un rey pero no lo hacía feliz, y que el destino lo estaba enviando a la felicidad.Día a día John se dedicó a buscar la respuesta del por que había llegado allí sin desearlo; pero en día mientras recorría el pueblo, una mujer de edad semejante lo llamo por su nombre y le dijo –Te estaba esperando… y él respondió –Rosa, te extrañé… que alegría verte! John se había dado cuenta de que se encontraba en el mayor de los paraísos. En el lugar soñado. El cielo.

Volver

Los animales también se enamoran

Les voy a contar anécdota que me pasó el mes pasado. Soy Cunimal, el cupido de los animales. Sí, ya sé lo que estarán pensando, pero sí, los animales también se enamoran; y también existo yo, la mascota del cupido original. ¿Quién se creen que reúne a las parejas de pingüinos? O… ¿Quién se creen que les arroja lanzas a los canarios para que les den bolilla a esas coquetas canarias?Vivo en Sudáfrica, un lugar plagado de absolutamente todas las especies de animales; de elefantes hasta osos Polares, no nunca descubierto por especie humana.Como les decía, les comentaré lo más raro que me sucedió o atendiendo a mis compañeros.Era un 22 de septiembre… Los mamíferos despertaban de su hibernación, los pájaros revoloteaban por todo lugar donde se observe. Se acercaba el mediodía, y recibía llamado de un elefante, Owen. Él estaba enamorado de una jirafa, Josefina. A su vez, la hermosa Josefina yacía pérdida ante la mirada cautivante del rey de la selva. Pero León Melquíades, tenía novia, la simpática Leonor, hija de la pantera Filomena. Esta morocha divina, estaba al lado de Melquíades por obligación, ya que su ambicioso padre ansiaba que su hija se vuelva reina de este maravilloso lugar. Leonor caía de amor en las enormes patas de Owen.Al principio, no me asombré ante las peticiones del gigante elefante, pero cuando me llamaron Josefina desesperada por el melenudo, y Leonor por Owen, me di cuenta de que estaba en problemas. Por donde sea que vaya en busca de tranquilidad, definitivamente, no la encontraba. Y sí, era primavera y el amor estaba en el aire…Cada vez es las demandas eran mayores; ¡no sabía qué hacer! Encima Cupido también tenía sus problemáticas y no podía recurrir a él.Considerando mis opciones, y viendo que no me quedaba otra, decidí recurrir a nada más ni nada menos que a mi colega, el Ratón Pérez. Sí, sí, nos conocemos todos. Me sugirió que hiciera lo mejor para todos, pero eso, obviamente ya lo había pensado. Entonces, empezaron las dudas. ¿Sería lo indicado que Josefina se enamorara de Owen? Emm… No.Pensé que lo indicado sería lanzará a Owen para que se fijen Leonor. Automáticamente Owen fue detrás de ella. Pero josefina, se puso verde de celos, ya no recibía los halagos continuos del elefante. Así que rápidamente lance a Melquíades una gran lanza para que este león mire a Josefina con otros ojos. En cuanto hizo efecto, Melquíades nombró a Josefina reina del lugar.Al día siguiente, me organizaron una fiesta como muestra de su agradecimiento. Terminaron todos felices y contentos. Y justo en el momento menos indicado, Pérez me viene con que se enamoró o de la nueva reina. ¿¡Pero qué podía hacer yo ahora que las lanzas ya estaban en su lugar?! No tuve más remedio que buscarle una ratona sexy para mi amigo.Y AHORA SÍ, COLORÍN COLORADO, ESTE CUENTO ES SE HA ACABADO.


No confíes en los extraños

Jessica y Mike se dirigían hacia la casa con la dirección que les habían dado. Los dos estaban muy emocionados porque el hombre que les había ofrecido trabajo y les había dado su dirección en el viejo muelle parecía interesante, con su modo extraño de hablar. Pero el bosque en el que cada vez se adentraban más y más los atemorizaba un poco.Ninguno de los dos tenía idea de lo que iban a encontrar, pero no los sorprendió mucho el encontrar un enorme, horrorosa, y vieja mansión al borde de ese oscuro bosque. Aunque Jessica y Mike no solían asustarse por pequeñeces como esa, no pudieron evitar que sus cuerpos se estremecían ante tan tenebrosa imagen. Su emoción por una promesa de trabajo se desvaneció un poco, aunque no lo suficiente como para marcharse sin siquiera tocar la puerta y ver de qué se trataba.Ambos bajaron del auto y golpearon la puerta con la gran manija que había allí. Todo parecía muy antiguo, gastado por el tiempo. La puerta era de macizo roble, las ventanas tenían pequeñas rejas y estaban manchadas de tierra, y la enorme casa estaba cubierta por enredaderas con grandes espinas en forma de garras.Al cabo de un minuto, alguien abrió la puerta. Era un hombre, alto, pálido, de aspecto avejentado.-¿Si?-Pregunto el hombre, con voz temblorosa y baja.-Eh… vinimos a ver al señor Strobosqui…Adam Strobosqui. El nos dijo que tenía un trabajo para nosotros y…-¡Ah!...si si si … el amo Adam me hablo de ustedes –dijo – se sentirá muy feliz de verlos. Pasen… pasen.-Esta bien, gracias-Jessica y Mike intercambiaron una mirada fugaz.La habitación en la que entregaron era enorme, el techo parecía estar a kilómetros de allí, como en las antiguas catedrales. Estaba decorado por complejos dibujos hechos con azulejos y del centro colgaba un enorme candelabro lleno de telas de araña. En las paredes de color rojo oscuro, había cuadros de colores apagados, y una chimenea encendida en frente de la cual había un gran sofá de cuero, y en frente había una blanca piel de oso estirada en el suelo.De repente, vieron al señor Strobosqui bajar por enorme escalera de mármol. Era un hombre alto, pálido y de aspecto huesudo, al igual que su sirviente. Vestía elegantes pantalones negros y un saco oscuro hasta las rodillas, lo que parecía una vestimenta antigua.-Bienvenidos a mi hogar-dijo.-Eh… gracias nosotros somos…-Si, si , ya lo se .Tomen asiento por favor.Los dos se sentaron en el sofá frente a la caliente chimenea y Adam se sentó en un sillón a su lado.-Supongo que si están aquí es porque aceptaron mi propuesta, ¿verdad?-Dijo Adam -Claro…nosotros necesitamos dinero para nuestra boda y… -Dijo Jessica -No se preocupen, el trabajo que les ofrezco es muy sencillo, solo deben pasar una noche aquí. Jessica y Mike se miraron asustados, pensando en que debería haber un truco detrás de todo eso. Pero necesitaban el dinero.Los dos enamorados se dirigieron a su alcoba. Aunque también era de color oscuro y apagado, era un poco más normal que el resto de la casa. Sus ventanas no estaban sucias, por lo tanto la luz de la luna bañaba las paredes y el suelo del cuarto. Era una noche extraña, la luna era enorme y brillante y las copas de los árboles se agitaban con violencia.Cuando ya se disponían para dormir , Mike sintió una sed insoportable , así que bajo a la cocina para beber algo. Cuando bajó las escaleras vio que la habitación estaba invadida por sombras que se movían de sigilosamente, pero lo único que le importaba era pedir algo, estaba muriendo de sed. Llegó a la cocina y encendió la luz, tomó un vaso, abrió el refrigerador pero lo único que encontró un líquido rojo que no se le antojaba muy apetitoso, pero igual los bebió, no podía contener su inexplicable sed. Tomó un gran sorbo sin pensarlo, y al hacerlo sintió un desagradable sabor en la boca. De inmediato soltó el vaso y éste se estrelló contra el suelo, derramando todo el líquido, parecía sangre.
De repente escuchó un grito desgarrador que venía de su habitación. Salió a la carrera de la cocina, esquivó los muebles y subió la escalera tropezando varias veces. Al llegar al umbral de la puerta, dio o que no había nadie en el cuarto.Mike bajó las escaleras corriendo y gritando para que los habitantes de la casa despertaran y lo ayudaran a encontrar a su novia, pero nadie aparecido. Desesperadamente comenzó a buscar a Jessica por toda la casa, por todos los cuartos, y hasta revisó el refrigerador para asegurarse de que no estuviese desmembrada allí. No estaba por ningún lado, se había esfumado.Al no poder encontrarla, cayó rendido sobre la piel de oso del living. Entre su llanto y lamento, escuchó un sonido que provenía de debajo de la casa, justo debajo de él. Era una especie de ruido de cadenas en movimiento. Agitado y completamente en shock, buscó o la puerta del sótano que se encontraba bajo la escalera, al lado de la cocina. Toma un pequeño candelabro que se encontraba encendido y bajó las escaleras.El lugar estaba repleto de artefactos antiguos, cuadros, estatuillas y baúles. Quiso saber qué era lo que había en ellos, así que abrió uno. Dentro, había extraños utensilios de acero. Mike pensó que se parecían al esos instrumentos quirúrgicos que se usan para hacer autopsias, y eso lo preocupo aún más.Subió las escaleras y fue hacia el living. No notó nada distinto, pero al acercarse más al fuego de la chimenea dio a Jessica, tendida sobre la ya tan familiar alfombra. De inmediato corrió junto a ella y la tomó entre sus brazos, estaba pálida y fría. Trató de despertarla, pero no respondía, tocó su pulso y se dio cuenta de que estaba muerta. Entre la desesperación no se había dado cuenta que la alfombra que antes era blanca estaba teñida de rojo. En ese momento estaba demasiado ocupado llorando su pérdida, no se dio cuenta de que una figura espectral se leía detrás de él. Cuando se dio cuenta de qué era lo que estaba pasando, ya era demasiado tarde, estaba acorralado. Todo sucedió muy rápido, en un segundo ya estaba tendido sobre el cuerpo de la mujer que él había amado, con el cuerpo vacío. Ahora ninguno podría avisarles a los pobres afortunados que les seguían que no deberían confiar en extraños.- ¿Va a ir al muelle este fin de semana, amo?- Claro Williams, nuestros suministro se acaban, alguien derramó un vaso anoche.
Volver

Cambiar, una cuestión de decisión

Esa mañana, al despertar, Ignacio, un chico de solo 18 años, decidió cambiar su vida por completo. Cambiar su personalidad, su rumbo, su existencia. De ser totalmente tímido a extrovertido, un cambio muy importante para él, ya que era su mayor y gran problema. Ignacio estaba cansado de estar en el grupo de los “NERDS”, de siempre ser burlado, etc. Por qué digo su mayor y gran problema, digo eso, porque Ignacio era un chico muy lindo. Tenía unos ojos azulados, cabello corto y lacio de color castaño claro, nariz chiquita, alto, delgado, en resumen, “casi perfecto”. Además era muy humilde y muy bueno. Sus padres lo amaban y él a ellos.Bueno, no crean que fue todo así, color de rosa, ya que les vuelvo a repetir esto era solo una decisión. El comienzo de su proyecto estuvo lleno de intentos. Los primeros días fueron solo fracasos, luego empezaron a mejorar poco a poco.Al término de una semana agotador de probar y probar unirse a grupos de chicos, casi se rinde, estuvo a punto de abandonar toda su magnifica idea, ya que nada funcionaba. Primero había intentado con los chicos más famosos de la escuela y solamente obtuvo un rechazo inmediato. Luego intentó con otros y se rieron de él al escucharlo, hasta que se dio cuenta de que se le habían acabado los grupos para unirse y que solo le quedaba su grupo de antes, los famosos “NERDS”.Una tarde pensaba y pensaba hasta que se le ocurrió ir con las mismas ideas de unirse a otro grupo pero esta vez, el de las chicas, pero se dio cuenta de que iba a pasar lo mismo. Esa misma tarde, ya resignado casi por completo, llamó a su único y mejor amigo para invitarlo a su casa, él era su última opción. Su amigo al llegar le dijo que la idea de las chicas no era tan mala, pero que debía pensar en una chica que fuera humilde, buena, linda y que si podía ser, estuviese unida a un grupo “famoso”. Nacho pensó en una chica que poseía esas condiciones, la chica ideal. “Rebeca Martinez”, pensó Ignacio, “¡Ella es!”.Después de una semana de pensar como “encararla” se animó y colocó en su casillero una carta que decía: Querida Rebeca: te espero en la calle Uruguay en el banco de la plaza el jueves a las 5 p.m. Me gustaría mucho conocerte, ya que me pareces una chica muy buena y linda. Espero que no me falles.
Al ver la carta, Rebeca decidió ir ya que le pareció que iba a ser una experiencia interesante y nueva.Llegó el gran día, Ignacio se vistió muy elegante pero a la vez un poco sport para dar una impresión “canchera”, se peinó su cabello y se arregló de todas y las mejores maneras que pudo, ya que no estaba acostumbrado a “citas” como ésta. Rebeca se vistió acorde a las expectativas de Ignacio, aún sin conocerlas. Peinó su hermoso y largo cabello rubio, pintó sus uñas de un color claro, maquilló su cara delicadamente y se arregló de todas las maneras posibles. La única diferencia entre él y ella era que ella, sí estaba acostumbrada y casi cansada de arreglarse para este tipo de “citas”.Nacho se sentó en el banco de la plaza a esperar a Rebeca exactamente a las 4:59 p.m y ella llegó a las 5:00 en punto. Ella se impresionó al ver que era Ignacio, pero no le importó y continuó caminando hacia el banco para saludarlo. Nacho le contó a Rebeca su problema y ella prometió que iba a solucionárselo hablando con Pablo, el líder del grupo más famoso de la escuela para que lo integrar a éste.También le dio algunos consejos para dejar de ser tímido. Charlaron sobre sus vidas pasadas, presentes y sobre proyecto que tenía para su futuro. Se contaron anécdotas y experiencias vividas. Al terminar de contarse todo, Ignacio le ofreció a Rebeca ir a tomar la merienda su casa, ella no aceptó porque dijo que ya era tarde pero le prometió que otro día iría. Esa los saludó con un beso en la mejilla, se despidieron y cada uno se fue para su casa. Sin decirse nada, los dos se sintieron enamorados.Este encuentro cambió totalmente sus vidas, ya que para Ignacio no sólo fue la solución y el final victorioso de su proyecto, sino que también conoció a su primer amor. Le sirvió para descubrir que existen personas que aunque sean diferentes a ella, pueden y generaron experiencias y sentimientos, incluso el amor.Definitivamente ahora Ignacio era el chico perfecto.

lunes, 30 de noviembre de 2009

"La noticia que nunca fue noticia"

Estaba sentado, cuando Marina corrió hacia mí y me dijo que tenía una buena noticia. Saltaba de felicidad, estaba muy emocionada. Parecía que enserio era una muy buena noticia. ¡Que suerte! Necesitaba algo que me pusiera contento; o eso parecía. Tenía una cara terrible
Ahí fue cuando sonó el despertador. ¡Que mal! Justo que me lo iba a decir. Pero, en definitiva solo era un sueño, y cuando despertara, sabiendo que eso no era cierto, me pondría aun peor. (Luego del accidente de Juan, mi ánimo estaba por el suelo)
Estuve toda la mañana pensando en lo que soñé. No se porque, cuando veía a Marina, o la nombraban, me sentina algo extraño, y las imágenes del sueño volvían a mi mente, cada vez con mas claridad.
Era jueves, por lo tanto salíamos a las 11:00. Me senté en la mesa del patio con Lucas a esperar a Marina, que salía a la 1:00. Entonces lo recordé. ¡Ese era el banco con el que soñé! Pero debía acordarme que solo había sido un sueño.
Pero me equivocaba. No se cómo, pero Marina apareció corriendo con cara de emoción, y gritando que traía una buena noticia. ¡No podía creerlo! Pero, cuando llegó (justo donde el sueño terminaba), tropezó con la pata del banco y todos corrieron a ayudarla, porque se había lastimado.
La llevaron a la enfermería en seguida. Pero yo tardé unos minutos en reaccionar. Igualmente, dudo que alguien lo haya notado, ya que todos corrieron hacia ella cuando se la llevaban. Luego, corrí a buscarla, pero no me dejaron pasar en la enfermería, y cuando volví de buscar a Franco, mi hermano, se había ido a su casa. Mi mamá llamo a mi celular, preocupada. Me dijo que valla a casa porque Franco debía tomar el remedio. Así que, me volví a mi casa apurado.
Cuando llegué, lo primero que hice fue llamar a Marina, para saber como estaba. Lo malo es que no teníamos teléfono; la tormenta de la noche anterior había cortado el cable. Encima no tenía crédito. Tendría que esperar hasta el lunes para verla, porque al otro día no había clases, y ella viajaría el fin de semana. Pensé en ir a verla, pero mi mamá dijo que era muy tarde ya para salir, que esperara hasta el lunes.
Esa noche no pude dormir demasiado. Me desperté tres veces, luego de soñar, de nuevo, con Marina. La primera vez, estábamos en los pasillos del colegio, y esa me decía que debía cortármelo pronto. Pero, justo cuando iba decirme, desperté.
La segunda vez, estábamos en clase (cada uno la suya) y me daba un papelito por la ventana. Yo le preguntaba qué decía, y ella me hacía señas diciendo que su profesora venía. Pero, justo cuando iba abrirlo, desperté.
La última vez, estábamos en el recreo Lucas y yo (porque los de marina no coincidían con los nuestros) y ella salía con la excusa de ir al baño. Se acercaba a nosotros y nos decía que por fin iba a poder contarnos. Pero, cuando iba a decírnoslo desperté.
¡Dios, que rabia! No podía creer que cada vez que iba a recibir una buena noticia, despertaba. Aunque fuera un sueño. Pero, me puse a pensar y descubrí que el sueño era lo que ocurría; y cada vez que despertaba, algu interrumpía a Marina.
Al otro día, todo ocurría igual que en el primer sueño; y también todo terminaba igual. La primera vez, sonó la campana y el director nos mandó a clase a los tres.
Fue igual con el segundo, pero la maestra me quitó el papel y lo guardó en su bolsillo. Aunque luego de la clase fui a pedírselo, ella se negó a dármelo; y comenzó a decirme que no lo hacía porque era una falta de respeto hacia la maestra que estaba dando la clase.
También ocurrió lo mismo con el tercero; sólo que la maestra descubrió a Marina y la llamó a clase.
Ese día la buscaron más temprano, así que no pude hablarle. Estaba muy intrigado. Cuándo podría por fin saber cuál era esa noticia tan importante que Marina quería darme. Empezaba a preocuparme un poco. Tal vez era algo de Juan. ¿Cómo me enteraría? ¿Lo soñaría? ¿O podría por fin decírmelo Marina? No era la respuesta a esas preguntas lo más importante, si no saber qué es lo que ella quería decirme.
No volví a soñar nada, y supuse que al fin podría enterarme de lo que estaba ocurriendo. Pero no era así. Marina había viajado con sus padres, y no le permitían hablarme, ni tampoco a Lucas. Supuse que alguna vez recibiría el llamado de Marina; pero aún, luego de 22 años, no sé qué era lo que ella quería decirme.

Volver

"El mundo de los escritores"

Buenos Aires, año 2020. El país se encontraba en un buen pasar económico. Pero predominaban las autopistas. Los arboles, en cambio, ya no formaban parte del paisaje. La tecnología se había apropiado casi por completo de la Tierra y los libros, revistas, diarios, y cartas ya no existían. Las personas a lo largo de los años fueron optando cada vez mas por Internet, correos electrónicos, Chat, cosas que no le consumieran tanto tiempo ni desgaste psiquico. Las escuelas ya no contaban con bibliotecas, o textos escolares para chicos, si no que tenían caber café y computadoras en todos los salones. En todos los negocios y transportes se encontraba una pantalla donde la gente se informaba de lo que pasaba día a día. Las librerías, en vez de vender libros, vendían repuestos para todo tipo de aparatos electrónicos. Las bibliotecas se habían convertido en centros de reparación técnicas, y brindaban ayuda sobre las mismas. Solo un grupo reducido conservaban libros en sus casas, y realizaban las famosas reuniones literarias que en algún tiempo eran muy comunes. En San Miguel, un grupo de varias personas nos juntábamos en nuestros hogares para intercambiar ideas, escribir cosas nuevas e invitar a otros a seguir leyendo. Aunque muchas veces éramos tildados de raro y aburridos, poníamos todo de nosotros para lograr ser casa vez mas y volver así a instalar los libros en todas partes. Pero la cosa se ponía difícil y muchos querían abandonar. Maria, una licenciada en letras, era la que siempre los convencía de seguir. Alejandro Casona, Julio Cortazar, Garcia Lorca, entre otros eran los nombres que siempre soñaban.

Volver